De repente, el origen me causa infinidad de risas. Es tan extraño. Realmente podemos ser tan minúsculos y creer que existe un origen? Me siento a pensar en que todo empieza con una explosión, un encuentro, una incitación. Me forzaron a valorar a alguien. Por dicha lo hice. Hoy la sigo valorando. Su origen terminó siendo mi final, mi conclusión, mi pesar. Creo que algo pasó porque esa explosión me impactó, me cautivó, me enamoró, llegó a mí. Aún así, debe haber algo más allá y cada vez lo entiendo mejor. La explosión puede llegar de repente, de nuevo, me imagino al Sol, estrella divina, y cuando menos lo espera, vuelve a empezar, vuelve a explotar. De eso se trata. Múltiples inicios, miles de conclusiones. Se derriten, ascienden, explotan, colapsan. Somos como edificios volcánicos llenos de volátiles.
Al final, lo importante es saber terminar, saber empezar, saber continuar. Continuar para el bien y que ruede hasta más no poder. Rodar y viajar y creer que si se puede lograr; explorar, enriquecer, admirar, valorar y renacer, renacer y volver a ser quién uno es, volver al origen, el que tanto cambia, pero siempre es el mismo. Es la creación de una nueva Era. Y el tiempo me dirá lo que tengo que saber.
Al final, lo importante es saber terminar, saber empezar, saber continuar. Continuar para el bien y que ruede hasta más no poder. Rodar y viajar y creer que si se puede lograr; explorar, enriquecer, admirar, valorar y renacer, renacer y volver a ser quién uno es, volver al origen, el que tanto cambia, pero siempre es el mismo. Es la creación de una nueva Era. Y el tiempo me dirá lo que tengo que saber.
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